lunes, 5 de octubre de 2009

Fragmentos de "Fantasmagoría (Relatos del lado oscuro)" (II)

Se acercan desnudas, voraces, sin sueño, las tinieblas... envolviendo bajo su gélido abrazo las inertes siluetas aladas que coronan nuestra última morada... la sed inunda, lacerante, las oscuras almas, impeliéndoles a la caza... un aterrado réquiem por la eterna paz de los revinientes, entre las sombras, suplicante, se alza...
Un pequeño ejemplo de aquello que podréis encontrar en la tríada de acercamientos al vampirismo contenida en "Fantasmagoría"...
"Drenaje"
" (...) Lentamente me aproximo a ti... Me arrebatas la delicada rosa de las manos. La observas durante un breve instante, aspiras su dulzona fragancia, cerrando los ojos, embriagándote con el eco de los adormecidos recuerdos que ese cálido olor despierta en tu mente... Tus inexorables pupilas se clavan en las mías... puedo leer el deseo en tu penetrante mirada... en tu débil, sugerente sonrisa. Coges mi mano entre las tuyas... el contacto me provoca un escalofrío... Aturdido, me dejo guiar por ti... Salimos del camposanto, tomando la senda que conduce al bosque... las ramas desnudas de sus centenarios guardianes arañan la piel en el frenético, caótico avance... nuestros pasos, tan solo iluminados bajo la espesura por el débil resplandor de la lámpara de aceite... No sé adonde me conduces... Las criaturas de la noche, amparadas bajo las sombras, dejan escapar sus lúgubres lamentos, un vez más.. Tras un relativamente corto trayecto, ascendemos por unos toscos escalones tallados en la dura roca... al llegar nuevamente a terreno llano, descubro, bajo la mortecina luz de la luna llena, el destino de nuestros pasos... las espectrales ruinas del castillo, abandonado hace ya varios siglos... La maleza es ahora dueña del lugar. Distingo, a través de la niebla, el monumental arco de entrada, decrépitos muros de piedra, algunos de ellos parcialmente derruidos, tapizados por la hiedra y otras enredaderas, gigantescos torreones almenados más allá, adosados a algunas de las estancias que todavía se mantienen en pie..."
"Vampiria (El hechizo del dolor)"
"Blanca tez, pálida sombra de inexistencia, envuelta en vaporosas gasas de ébano, acecha anhelante desde las tinieblas. Ojos que llevan escritas intenciones... la velada certeza de un latido, la redención de los torrentes de la vida, la hambrienta promesa de un nuevo amanecer..."
"Víctima"
"(...) Ella continúa buscándose en las oscuras profundidades de mercurio, el rostro entre las manos, con la esperanza de que todo haya sido un mal sueño... Él se acerca. Ella no puede ver su reflejo en el espejo, pero cree escuchar un leve ruido tras de sí... gira su cabeza, pero es demasiado tarde... Un rostro desconocido, extraño, ajeno, se abalanza sobre su cuello, clavando sin compasión alguna sus afilados colmillos en él, cual rabiosa bestia en busca del preciado líquido, al tiempo que sus enérgicos brazos rodean el débil cuerpo, inmovilizándolo... La predicción resulta acertada... no hay lucha esta vez... La joven aprieta con fuerza los puños y él trata de ahogar su grito, desconsolado, desgarrador, con sus propias manos... transcurridos unos segundos llega la total rendición, el más absoluto abandono... Él absorbe el cálido, delicado fluido, con delectación, hasta la última gota, a pesar de su extraño sabor."
(Copyrigth 2007. Material protegido por derechos de autor).
Felices pesadillas.

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