jueves, 24 de diciembre de 2009

Joyas en la oscuridad (XII): "All Beauty Is Sad", de Ophelia´s Dream

Adquirí este álbum de Ophelia´s Dream después de leer en un catálogo de venta por correo que la música incluida en el mismo podría ser definida como la banda sonora perfecta para el film "Nosferatu", de Murnau (y ahora puedo decir que la afirmación no iba muy desencaminada).
"All Beauty Is Sad" (Hyperium Records, 1997), es el primer CD de Ophelia´s Dream, un dúo alemán cuya música se encuadraría -al menos en lo que respecta a este CD- en la confluencia de los estilos neoclassical y darkwave. Su alma mater es Dietmar Greulich, encargado de la instrumentación y programación. La otra componente del grupo, Susanne Stierle, es la encargada de las voces, aunque si no he entendido mal la información que aparece en el libreto, en este caso es una mezzosoprano con una de las voces más etéreas, espectaculares y sobrecogedoras que yo he tenido la oportunidad de escuchar (Julia Tiedje), la encargada de cantar las composiciones del álbum en cuestión.
Lo que nos vamos a encontrar en este CD es un conjunto de composiciones (la mayor parte de ellas instrumentales) en las que predomina un estilo impregnado de una apasionada melancolía, una bella y elegante delicadeza y una tétrica ambientación gótica, que se consigue simplemente con la utilización de un piano y el acompañamiento de sintetizadores emulando instrumentación clásica. Aun así, también hay sitio para melodías un poco más optimistas y muchos elementos que conceden a otras de las composiciones del disco un cariz mucho más lúgubre. Las apariciones de la mezzosoprano son esporádicas (tres o cuatro composiciones, de las 13 que constituyen el total de la obra), pero son, en todos y cada uno de los casos, impresionantes. Me gustaría destacar también el espectacular "Art Work" del disco; una serie de fotos artísticas rebosantes de un gótico romanticismo melancólico, con un decadente cementerio como telón de fondo. He de decir, en honor a la verdad, que el CD que tengo en mi poder se complementa con una versión íntegra de la composición clásica "Stabat Mater", de G. B. Pergolesi, pero ésta, al igual que el posterior CD del grupo ("Not A Second Time", 2004), carece de los tétricos elementos de ambientación de los cuales hacen gala en "All Beauty...". Si alguien tiene interés en comprobar la bella y espectral voz de Julia Tiedje, podéis acceder a la escucha de la canción "Tears" (incluida en el CD), pinchando aquí. En definitiva, un disco probablemente descatalogado y de difícil acceso, para escuchar a la luz de las velas en una noche de tormenta. P.D. : No suelo felicitar las fiestas. Aun así, me gustaría enviar un saludo a los/as visitantes espontáneos y a los/as seguidores del blog...

martes, 15 de diciembre de 2009

Joyas en la oscuridad (XI): "Simón y Sophie (La condena del vampiro)", de Juan Antonio Maesso

"No hace mucho tiempo, en medio de un extraño temporal de frío que hace aparecer la nieve allí donde nunca cuajó un copo, Juan el escribiente, un hombre dotado para la escritura tanto como para la inapetencia, recibe un intempestivo recado para reencontrarse con su antiguo amigo Simón al que recuerda como un hombre brillante pero postrado por una enfermedad en la sangre, y al que encuentra demacrado y preso de una extraña afección. En principio, Simón le pide que escriba sus memorias al dictado, donde saldrá a relucir el origen de su unión tan casual como intemporal, con Sophie, una extraña criatura a la que, una vez tocados por ella, nadie puede olvidar (...)". Este es el principio de la sinopsis perteneciente a "Simón y Sophie (La condena del vampiro)", de Juan Antonio Maesso Rubio, obra publicada por la editorial Almuzara en 2007. Estamos hablando de una novela para adultos, densa (a pesar de su extensión, apenas 238 páginas), algo enrevesada, extraña y perturbadora, cuya onírica trama, ambientada asombrosamente en las ciudades de Sevilla y Berlín, nos lleva a adentrarnos en el mundo de Simón, uno de los protagonistas, y su amada, Sophie -inductora de la metamorfosis vampírica-, a través de la historia que Juan (El escribiente), antiguo amigo de Simón, va recopilando con la intención de escribir las memorias de este último. Una novela que presenta una prosa de tono onírico y un estilo altamente cuidado, en la que se entremezclan los experimentos genéticos con el mito del vampirismo. Una de esas obras, en definitiva, magníficamente escritas y dotadas de profundidad, en las que la calidad literaria no está reñida con un desarrollo teñido de fantasía aunque algo alejado de los tópicos de la literatura de terror convencional (de hecho, no creo que el autor tratara de conseguir una novela de terror propiamente dicha; aun así, posee algunos espeluznantes pasajes dignos de las mejores novelas vampíricas de la historia de la literatura). No es una obra de fácil lectura. No se os ocurra, por tanto, acercaros a ella si lo que buscáis es una novela ligera para pasar el rato. Os dejo con el párrafo con el que se cierra el texto de contraportada, pues, en mi opinión, no tiene desperdicio: "Escrita con una profunda agilidad, que imprime a cada rápido gesto y a cada encuentro furtivo su dosis de más allá, Simón y Sophie contiene una romántica historia de amor, tan rápida como intensa, pues la inmortalidad imprime una extraña y paradójica velocidad, y todo el mundo sabe que los vampiros son inmortales". Felices pesadillas.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Joyas en la oscuridad (X): "La dama del velo", de John Harwood

"La dama del velo" ("The Ghost writer"; 1984), primera novela del escritor australiano John Harwood, recrea solidamente los cánones y la inquietante ambientación de la narrativa gótica decimonónica, a pesar de que parte de su trama se desarrolla en pleno siglo veinte. Harwood amalgama en su historia varios de los elementos característicos del género; una mansión decadente, un secreto familiar que poco a poco vamos a ir desentrañando, personajes enigmáticos con extrañas motivaciones, etéreas apariciones, cuentos de fantasmas intercalados a lo largo de la narración de los hechos realizada por el protagonista, una ambientación misteriosa (y en algunos tramos de la novela, claustrofóbica), una venganza... el único punto débil (en mi opinión) es el desenlace de la historia, algo confuso, desde mi punto de vista. Leyendo la intrigante sinopsis de la novela os podréis hacer una idea acerca de los misterios que envuelven la trama de "La dama del velo": "Gerard ha crecido en el pequeño y triste pueblo australiano de Meadows, obsesionado con dos misterios: por un lado, su amor por Alice, la muchacha inglesa que asegura amarle con locura en sus cartas pero a la que nunca ha conseguido ver en persona. Por otro, el secreto que su madre mantiene sobre la familia que dejó atrás antes de llegar a Australia. Un secreto sobre una población que no aparece en ningún mapa, sobre muertes inexplicables, sobre una enigmática mujer escondida tras un velo... Gerard sabe que su destino le impulsará a averiguar la verdad al precio que sea. Y sabe también que la clave está en esas páginas amarillentas que su madre quiere evitar que lea a toda costa, en esos cuentos de fantasmas que alguien escribió hace tanto tiempo... hasta que uno se hizo realidad..." Aunque "La dama del velo" fue publicada en español por la editorial Umbriel en 2006, en mayo del presente año fue puesta a la venta una edición en bolsillo más económica, a través de la editorial "Books4pocket". Felices pesadillas. P.D.: Aunque nada tenga que ver con la novela reseñada, me gustaría recordar hoy a Jacinto Molina ("Paul Naschy"), ese icono del cine de terror español que tantas veces y con tanta pasión encarnó a personajes clásicos del género en films de bajo presupuesto. El actor, guionista y director de cine, protagonista de títulos como "La noche de Walpurgis", "El retorno del hombre lobo" y "El gran amor del conde Drácula", entre otros, falleció el pasado 30 de noviembre, a la edad de 75 años.

martes, 1 de diciembre de 2009

Fragmentos de "Fantasmagoría (Relatos del lado oscuro)" (III)

Acechan sin sombra desde el otro lado, condenados a repetir, una y otra vez, su pavoroso destino... un hálito de desesperanza embriaga los sueños... el miedo, despiadado, cercena los actos. Un nuevo fragmento de "Fantasmagoría", extraído en esta ocasión de las páginas de un crudo relato de fantasmas para adultos.
"Alguien nos mira..."
"Algo se había movido al final del largo pasillo en penumbra. Percibió el fugaz movimiento de soslayo, cuando dejaba atrás el último escalón. No había duda alguna... un bulto, una sombra, había cruzado por delante del vetusto ventanal que filtraba la luz menguante del atardecer a través de sus gruesas cortinas amarillentas, allá, al fondo, frente al tramo de escaleras que desciende desde la buhardilla. Jessica, en el extremo opuesto del pasillo, seguía aferrada a la barandilla con una mano, mientras apretaba, ahora con más fuerza, a "Teddy", su deshilachado compañero de juegos y andanzas de peluche, con la otra. De repente, había dejado de ser consciente de las voces que retumbaban en el piso de abajo. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Permaneció paralizada, aguzando sus sentidos, tratando de ver o escuchar algo más. Aquello, fuera lo que fuese, había desaparecido de su vista del mismo modo en que se había mostrado ante sus ojos. Parpadeó asombrada. No daba crédito a sus ojos. Aquella figura vaga, imprecisa en la distancia, no podía haberse volatilizado en la penumbra. Si no se encontraba a la vista, tan solo había podido hacer una cosa; entrar en la última habitación del ala izquierda del pasillo, la que había permanecido bajo llave desde que se instalaron en la vieja casa... aquella que tanto le intrigaba... Quizás su padre, hastiado por su perseverancia, su reiterada insistencia, había decidido poner fin a sus constantes súplicas abriéndola, liberándola, permitiendo definitivamente el acceso a los soterrados y sugerentes secretos que la misteriosa habitación atesoraba... era la única explicación plausible que su aturdida mente infantil podía concebir en aquel momento de incertidumbre, aunque, ciertamente, no había escuchado sonido alguno que pudiera indicar que alguien hubiese abierto o cerrado ninguna puerta tras de sí... Era verano. El calor era sofocante allí arriba... Jessica se armó de valor y avanzó lentamente por el oscuro pasillo, tratando de no hacer ruido al caminar, sintiendo los certeros latigazos de su corazón desbocado... allí, al fondo, la tenue luz que aún entraba por la ventana, le permitió comprobar que la puerta de la habitación permanecía cerrada... se acercó hasta quedar frente a ella. Súbitamente percibió una extraña corriente de aire gélido deslizándose por debajo de la robusta puerta de madera. Tras unos largos segundos de indecisión, temblando de forma incontrolada, accionó con ímpetu el picaporte, sin saber demasiado bien qué era lo que iba a encontrar allí dentro. La puerta resistió su primer embate. Volvió a intentarlo, nuevamente sin resultado. Incomprensiblemente, la habitación seguía bajo llave..." (Copyright 2007. Material protegido por derechos de autor).
Felices pesadillas.