martes, 22 de septiembre de 2009

Fragmentos de "Fantasmagoría (Relatos del lado oscuro)" (I)

"Hojas de otoño, girando en la espiral del tiempo..." (Dismal Euphony)
Lánguidas notas resonando en el incómodo vacío en que flota, liviana, la bruma, dando forma a una melodía mil veces escuchada, impregnando con un halo de tristeza y dolor nuestras almas desesperadas... melancólicas notas, en la oscuridad vana de las sombras crepusculares, desgarrando nuestras heridas calladas... resonando bajo mil inquietantes ecos, hórridas notas, que silencian con lágrimas nuestras miradas... Retomamos hoy la recopilación de relatos oscuros "Fantasmagoría", para ofrecer un pequeño fragmento del primero de los textos incluidos (escrito hace ya algunos años); se trata de "La dama del piano", un cuento de fantasmas al estilo clásico, encuadrado en el género del romanticismo gótico.
"La dama del piano"
(...) Y, mientras me torturo con estos pensamientos, de repente, mi débil y fatigado corazón sufre un estremecimiento... poco a poco, gradual, progresivamente, en algún remoto lugar de mi desquiciado cerebro, comienzan a sonar aquellas desoladas notas... llegan hasta mí flotando, envueltas en una espesa bruma, adormeciendo mis sentidos... transportándome hacia otro tiempo... Sobrecogido, reconozco la pieza... un escalofrío recorre mi espina dorsal... Se trata del Nocturno en La bemol mayor, de Chopin... Con lágrimas en los ojos, presa de una incontenible agitación, dudando de mi cordura, imagino la única fuente de procedencia posible de estas tortuosas notas y me pregunto si únicamente están sonando en mi cerebro... Fuera, las inertes hojas cobran vida repentinamente, se arremolinan, suben y bajan danzando al son del viento otoñal, convirtiendo el suelo en un húmedo y quebradizo manto escarlata al cesar los furiosos embates... hojas muertas que vuelven a la vida y que son transformadas por mi atormentada mente en un enjambre de mariposas azafranadas revoloteando vorazmente alrededor de mis heridas... Es una sensación tan extraña... Temblando, anhelante, te busco con la mirada... tantas veces escuché tu interpretación de esta pieza... ¿Eres tú, Arabelle, la que camina por los senderos del dolor? ¿Por qué me torturas de esta manera? Siento que estoy perdiendo la razón... Cuánto hubiese dado por tener a alguien más aquí conmigo en estos momentos, en este desolado paraje, en esta desvencijada mansión... alguien que me dijera que puede escuchar esa fantasmagórica melodía, que puede sentir esa desgarradora tristeza que la impregna, que no se trata tan sólo de un producto de mi febril y desquiciada imaginación... Pero estoy solo... No tengo a nadie, ya no existe nadie en quien confiar. Las sutiles notas continúan sonando, y, aunque sé que se trata de algo imposible, me aterra la posibilidad de ver confirmadas mis sospechas... de descubrir que proceden del viejo piano de Arabelle... Me bastaría con bajar al piso inferior para constatar mi luctuosa locura o refutar este pensamiento absurdamente irracional que, de forma insidiosa, se está apoderando de mi mente... Un temor indescriptible entumece mis miembros y me impide dar un solo paso... no estoy seguro de poder reunir el valor suficiente para entrar en aquella sala... la sala donde tu piano descansa protegido de las inclemencias y el paso del tiempo, a salvo de la aflicción y del olvido... (Copyright 2007. Material protegido por derechos de autor). P.D.: Siempre se me olvida... hoy, no. Quisiera enviar un afectuoso saludo a tod@s aquell@s que dedican una pequeña parte de su tiempo a visitar este espacio (y, especialmente, a aquell@s que tuvísteis -en su momento- el detalle de incluiros como seguidores del blog). Gracias por esas visitas. Saludos.

4 comentarios:

  1. La verdad es que no conocía el cortometraje, ya lo veré cuando tenga más tiempo.
    Me gusta el fragmento que has elegido.
    Besos

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  2. Muchas gracias por tu comentario acerca del fragmento escogido.

    El cortometraje del que hablamos, por si a alguien le interesa el tema, es "The Raven" ("El cuervo"), dirigido por Tinieblas González y que, si nada lo impide, reseñaré aquí más adelante.

    Un abrazo.

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  3. Junto con Letargia, uno de mis relatos preferidos :-)

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  4. Muchas gracias, Daniel, una vez más, por tus palabras.

    Un abrazo.

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