martes, 15 de septiembre de 2009

Joyas en la oscuridad (IV): "Los desvelos de Lilith", de Julio Ángel Olivares Merino

Cielos de tormenta anuncian su llegada... la noche le concede un espejismo de vida, bañado en el fluido escarlata de los que sueñan... el espanto se teje con palabras de seda... el miedo, con lágrimas de cera... ¿Preparad@s para el vertiginoso descenso a los abismos de la eternidad?
Esta semana tengo el inmenso honor de presentar uno de los libros cuya lectura me produjo, en su momento (hace ya algunos años), un mayor impacto, emocionalmente hablando... una de esas maravillas absolutas con la que nos encontramos, en ocasiones, casi por casualidad y que pasan a formar parte inalterable del panteón de nuestros textos predilectos, esos textos que son capaces de arrancarnos deliciosos estremecimientos y sumergirnos en un mundo mágico y oscuro, pleno de sensaciones oníricas, en los que el terror y la más dulce melancolía palpitan tras el andamiaje de las palabras... Estoy haciendo referencia al extraordinario libro de cuentos vampíricos "Los desvelos de Lilith", del (en mi opinión) mejor autor de literatura gótica y de horror en lengua castellana; el escritor, poeta y músico jienense Julio Ángel Olivares Merino (quien detenta -o ha detentado- el cargo de Presidente de la "Sociedad Transilvana de Drácula" en España y cuenta en su haber con una importante cantidad de libros de relatos de terror, tales como "Crepúsculo Vitae", "Infernia IX", "Vela Vispera", "Un colmillo de Arco Iris", etc., así como interesantísimos ensayos y trabajos de investigación entre los que, personalmente, destacaría "Cenizas del Plenilunio Alado", que versa sobre la figura del vampiro en la literatura inglesa previa a la aparición de "Drácula" de Stoker, o "The ring; una mirada al abismo", etc.) Hace algún tiempo tuve la fortuna de hacerme con una copia de esta pequeña colección de maravillas. El libro (en tamaño bolsillo) se incluía como regalo en la edición especial de uno de los números de la revista "Vampiria", dedicada a la música extrema. No podéis imaginar lo que sentí al entrar en contacto con el libro de Julio Ángel. Además de tratarse de un ejemplar especialmente cuidado (una pequeña obra de arte en la que lucían unos fascinantes collages de imágenes líricas y tenebrosas a un tiempo, acompañando las citas introductorias a los cuentos, además de contar con una bellísima portada y una no menos exquisita contraportada), los textos lograron cautivarme y sumergirme desde las primeras palabras en una increíble atmósfera, densa, de una profundidad inigualable, evocadora de imágenes tan bellas, poéticas, lúgubres y melancólicas a un mismo tiempo, como los mismos collages de los que hablaba más arriba; descubrí toda una suerte de aromas, colores, sensaciones y sentimientos, descritos con tal especial riqueza de tonalidades, que “Los desvelos...” se convirtió en uno de mis libros favoritos. Todavía recuerdo la sensación de estar leyendo algo nuevo y totalmente hipnótico dentro del género gótico, al adentrarme en los laberintos de la riqueza de la prosa poética manejada por el autor en “Candelabrum”, el cuento que abría el volumen. Y es ésa, por cierto, una de las cualidades que hacen las composiciones de Julio Ángel totalmente únicas y distintas al resto de obras del género; su suntuosa y lánguida prosa poética; todos y cada uno de los cuentos incluidos en el pequeño volumen al que estoy haciendo referencia, son en realidad poemas en prosa, poemas que se valen de un oscuro, pero a la vez brillante lenguaje, un lenguaje barroco, críptico, espeso, de una profundidad tal que no hace fácil su lectura, pero que refuerza el goce obtenido por el lector/a al final de la misma, dada la pasión por el género que se vislumbra tras cada uno de sus textos. Y esto atañe no sólo a los relatos pertenecientes a esta obra, sino al resto de textos del autor que he tenido la oportunidad de ojear (ya se trate de obra narrativa, lírica o ensayo). En definitiva, una obra fascinante que nadie debería perderse... "Hiedra... hebra...", "Donde gimen los epitafios", "Témpanos y un mimo de péndulo", "A orillas del deshielo", "Desvelum" y "La larva", son los evocadores títulos de los relatos que, junto al citado "Candelabrum", conforman esta pequeña recopilación de joyas del arte oscuro; la obra de Julio Ángel Olivares Merino que ha supuesto una evidente influencia en la concepción poética acerca de la figura del vampiro en mi novela "Lágrimas de una eternidad carmesí". A aquell@s a los que os haya parecido interesante el presente comentario, quisiera recordaros que hace algunos meses se publicó la última obra de Julio Ángel, “Paralelo a tu expirar", Ediciones Atlantis. Y dejo para el final un increíble regalo que el propio Julio Ángel ha tenido la amabilidad de concedernos y que me gustaría agradecerle públicamente desde este espacio; se trata de la concesión de su permiso para dejar aquí los enlaces a dos de los poemas recitados (y acompañados de música) que incluyó hace algún tiempo en su magnífico blog ("Calesas en Borgo Pass"), espacio en el que podemos leer algunas de sus fascinantes composiciones. Los poemas en cuestión, son "Cadabria" y "Valpidriah". Apagad las luces, encended las velas y escuchad la voz de las sombras... preparaos para entrar en un mundo hechizado, tenebroso, de una riqueza sublime, impregnado de una belleza y una oscuridad sin igual... Infinitas gracias, Julio Ángel, por tus incursiones en la literatura oscura.

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