
En esta ocasión se trata de una pequeña gran obra maestra del género: "Malpertuis" (1943), una escalofriante novela corta de ambientación envolvente y pesadillesca del escritor belga Jean Ray que ningún aficionado/a al terror gótico para adultos debería perderse; una narración oscura, profundamente inquietante y enigmática, dotada de un extraordinario lirismo (no exento de una feroz brutalidad) que marca la diferencia con respecto al resto de historias de terror al uso.
En ella, una vieja mansión va a resultar presa de terroríficos acontecimientos, pero, al contrario de lo que suele suceder en las historias de casas encantadas, éstos no serán causados por los espíritus de mortales fallecidos tiempo atrás, sino por la acción de seres que buscan su identidad perdida (y no voy a contar nada más para no destrozar la sorpresa, puesto que, a pesar de estar escrita hace más de sesenta años, la idea básica de la trama continúa siendo, en mi opinión, sumamente original en la actualidad). Esta es una historia de terror con mayúsculas, rica en ambientes opresivos, impregnada de una poética oscura y demencial, en la que la mayor parte de los personajes constituye el paradigma de la abyección más absoluta y exhibe comportamientos teñidos de una atroz decadencia e inhumanidad.
Existe una edición en castellano en "Pulp Ediciones" (Colección Dunwich), publicada en 2004.
"Malpertuis" fue llevada al cine por Harry Kümel en 1971, con Orson Welles en el papel del moribundo y despreciable Cassave, aunque, en mi opinión, la película no logra plasmar con absoluta fidelidad el ambiente turbio e insano de la novela (magníficamente recreado en la obra de Jean Ray).