martes, 1 de diciembre de 2009

Fragmentos de "Fantasmagoría (Relatos del lado oscuro)" (III)

Acechan sin sombra desde el otro lado, condenados a repetir, una y otra vez, su pavoroso destino... un hálito de desesperanza embriaga los sueños... el miedo, despiadado, cercena los actos. Un nuevo fragmento de "Fantasmagoría", extraído en esta ocasión de las páginas de un crudo relato de fantasmas para adultos.
"Alguien nos mira..."
"Algo se había movido al final del largo pasillo en penumbra. Percibió el fugaz movimiento de soslayo, cuando dejaba atrás el último escalón. No había duda alguna... un bulto, una sombra, había cruzado por delante del vetusto ventanal que filtraba la luz menguante del atardecer a través de sus gruesas cortinas amarillentas, allá, al fondo, frente al tramo de escaleras que desciende desde la buhardilla. Jessica, en el extremo opuesto del pasillo, seguía aferrada a la barandilla con una mano, mientras apretaba, ahora con más fuerza, a "Teddy", su deshilachado compañero de juegos y andanzas de peluche, con la otra. De repente, había dejado de ser consciente de las voces que retumbaban en el piso de abajo. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Permaneció paralizada, aguzando sus sentidos, tratando de ver o escuchar algo más. Aquello, fuera lo que fuese, había desaparecido de su vista del mismo modo en que se había mostrado ante sus ojos. Parpadeó asombrada. No daba crédito a sus ojos. Aquella figura vaga, imprecisa en la distancia, no podía haberse volatilizado en la penumbra. Si no se encontraba a la vista, tan solo había podido hacer una cosa; entrar en la última habitación del ala izquierda del pasillo, la que había permanecido bajo llave desde que se instalaron en la vieja casa... aquella que tanto le intrigaba... Quizás su padre, hastiado por su perseverancia, su reiterada insistencia, había decidido poner fin a sus constantes súplicas abriéndola, liberándola, permitiendo definitivamente el acceso a los soterrados y sugerentes secretos que la misteriosa habitación atesoraba... era la única explicación plausible que su aturdida mente infantil podía concebir en aquel momento de incertidumbre, aunque, ciertamente, no había escuchado sonido alguno que pudiera indicar que alguien hubiese abierto o cerrado ninguna puerta tras de sí... Era verano. El calor era sofocante allí arriba... Jessica se armó de valor y avanzó lentamente por el oscuro pasillo, tratando de no hacer ruido al caminar, sintiendo los certeros latigazos de su corazón desbocado... allí, al fondo, la tenue luz que aún entraba por la ventana, le permitió comprobar que la puerta de la habitación permanecía cerrada... se acercó hasta quedar frente a ella. Súbitamente percibió una extraña corriente de aire gélido deslizándose por debajo de la robusta puerta de madera. Tras unos largos segundos de indecisión, temblando de forma incontrolada, accionó con ímpetu el picaporte, sin saber demasiado bien qué era lo que iba a encontrar allí dentro. La puerta resistió su primer embate. Volvió a intentarlo, nuevamente sin resultado. Incomprensiblemente, la habitación seguía bajo llave..." (Copyright 2007. Material protegido por derechos de autor).
Felices pesadillas.

3 comentarios:

  1. Un estupendo relato de estética cinematografica. La última vez que lo leí me puso el vello de punta. Y esta tarde ha vuelto a conseguirlo...
    ¡Un abrazo, maestro! :-)

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  2. Me abruman tus palabras, Daniel. Gracias una vez más por tu apoyo. Es un lujo contar con vuestros comentarios y vuestras visitas.
    Un abrazo.

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  3. Uff, Jose Luis este relato me da un escalofrio sólo de empezar a leerlo...no puedo, no puedo...Alucinante.Enhorabuena guapo.

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